Debería

Wilfredo Vallín Almeida

El primer grupo, de 8 jóvenes vino un martes en horas de la mañana. El segundo, de cuatro muchachos (creo que ninguno llega a treinta años) vino este viernes último. Ninguno de ambos grupos tiene conocimiento del otro ni se conocen sus integrantes.

Todos decían estar ante mí por la comisión de un mismo y único delito: salida ilegal del país.

La Capitanía del Puerto de La Habana, en dos resoluciones firmadas ambas por el teniente coronel Jorge Luis Aluija hablaba de otro delito distinto, la violación del Decreto-Ley No. 194 de 1999 referido a De las infracciones sobre la tenencia y operación de embarcaciones en el territorio nacional.

En las referidas resoluciones se les aplica a todos ellos el capítulo1inciso g que reza:

Entrar o salir del puerto o navegar por las aguas territoriales sin el correspondiente despacho de autorización de la Capitanía del Puerto violando lo acreditado para ello.

En las mencionadas Resoluciones de la Capitanía aparecen una serie de detalles que merecieron nuestra atención y entre los que pudiéramos señalar los siguientes:

  • El concepto de embarcación que parece tener la Capitanía del Puerto de La Habana.
  • El tiempo transcurrido entre la comisión del “delito” y la notificación de la sanción a los “infractores”.
  • La violación de los Acuerdos Migratorios entre Cuba y Estados Unidos que pudiera significar la aplicación de este Decreto-Ley en estos casos.
  • La intención manifiesta de castigar a quien arriesga su vida por abandonar la isla a como dé lugar.

No es mi intención en este instante detenerme en estos puntos que dejo a los especialistas de la rama pertinente del Derecho de la Asociación Jurídica Cubana.

El punto que quiero tocar es este otro: mientras conversaba con estos muchachos y constataba su determinación de abandonar el país de cualquier forma, me hice esta pregunta que ahora transmito a quienes debieran tener la responsabilidad de responderlas:

¿La forma de detener esta situación entre la juventud cubana es imponiéndoles multas gigantescas u otros castigos?

¿Es así como debemos responder al deseo de nuestra juventud de tener un futuro decoroso, de decidir sobre sus propios destinos?

En el programa de la televisión El Triángulo de la Confianza de esta semana, se trató el tema de la apatía entre la juventud.

Me gustó mucho lo que vi y oí en esa transmisión.

Allí se dijo que esa apatía se debe, entre otras cosas, a que la juventud no participa en la toma de decisiones, que siente que todo le es impuesto desde arriba, y no se le toma en cuenta para nada.

Y mientras contemplaba ese programa pensé en algo que me hizo sonreír:

El delito de lesa juventud no existe…pero debería.


2 comentarios sobre “Debería

  1. very nice pic of the ocean we hope that the bad form of goverment and staff will be forced to remove there system and let a real group of leaders set more real programs and of course trade and release of all the people locked up trying to remove such a sleazy group of dictators my heart crys out to the cuba why the red tape has alowed this to go on so long is a unknown to me the staff and heads of dictator which are in the past were g fighters like in south america

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